domingo, 20 de febrero de 2011

El riesgo país y sus sistemas de calificación

El tema que voy a tratar en la segunda entrada de este blog, dedicado a las opciones financieras que se encuentran en los mercados actuales, corresponde con un tema que no se ha dejado aparcado en ningún momento desde que esta crisis asaltó los mercados internacionales e hizo que todos los inversores, tanto particulares como empresas dedicadas al mundo de la inversión internacional (cada vez más común en una economía como la nuestra que actualmente se haya completamente globalizada), se preocuparan del auténtico nivel de  riesgo con el que estaban trabajando sus operaciones en un país que no era el suyo propio. Este riesgo al que nos referimos va a acorde con una serie de factores que se encuentran en todos los países, tanto explícita como implícitamente, y deben ser tenidos en cuenta si se quiere obtener la máxima rentabilidad de una inversión, que a menudo nos ocasiona un coste de oportunidad que siempre ha de ser tenido en cuenta si queremos prosperar en el arriesgado mundo de las finanzas.
La herramienta más elemental y que primero debemos consultar si deseamos realizar una inversión en un determinado país es el llamado "Riesgo País", este se basa en el riesgo propiamente dicho de una determinada inversión condicionada por los agentes específicos de cada país, pudiendo ser estos: su zona geográfica, su estado político actual, sus condiciones sociales, económicas, etc. Todas estas variables son ponderadas para obtener un riesgo promediado de las inversiones en ese territorio y con ello se pretenderá expresar la probabilidad de sufrir una pérdida de esa capital invertido en un inicio.

            
El tipo de inversión más común a nivel internacional se basa en la compra de la deuda externa que emiten los países que se encuentran en con una economía de carácter emergente y que se ven necesitados de capital externo para llegar a desarrollar plenamente sus economía, para que en un determinado momento ellas mismas puedan operar con autosuficiencia a nivel económico, sin necesidad de supervisión externa en forma de entrada de capitales en su economía. Estos países emergentes encuentran un modo de financiación rápido, pero por él se comprometen a beneficiar con unos determinados intereses a los propietarios de esos capitales percibidos. El interés que obtienen de la compra de su deuda externa está relacionado directamente con el riesgo que corren los inversores de perder su capital aportado.

Existen unas distinciones en los riesgos a los que se enfrentan los inversores a la hora de trabajar con la deuda externa de cualquier país:
  • Riesgo Soberano: mediante él se indica la probabilidad de que un país incumpla con el pago de sus deudas por razones de carácter económico y financiero, es aceptada por todos los que compran deuda externa.
  • Riesgo de Transeferencia: se basa en la imposibilidad que pueda encontrar un país de pagar los capitales, intereses y dividendos, debido a la situación económica en la que se encuentre.
  • Riesgo Genérico: basado en éxito o fracaso que pueda sufrir la actividad empresarial debido a la situación política, económica o social del país.
Todos estos riesgos son calculados y publicados por una entidad financiera norteamericana llamada JP Morgan, mediante un estudio de mercado conocido como EMBI (Emerging Markets Bond Index), en el que se analizan los riesgos de la compra de deuda externa de cada país. Para su elaboración se toma como referencia la tasa de interés que ofrecen los distintos países por su deuda comparándola con el interés que ofrecen los Bonos del Tesoro de los Estados Unidos. 


Estos índices son de referencia natural para inversores que se mueven por mercados emergentes, por lo que mediante ellos se puede comparar fondos de inversión o las cotizaciones que se producen en la bolsa, para ello se ayudan de tres tipos de índices dentro del denominado EMBI:
  • GBI-EM Generales: Recoge todos los países en los que se puede comprar deuda, sin importar los controles de capital u otras dificultades para inversores extranjeros.
  • GBI-EM Global: Incluye a los países que son accesibles por la mayor parte de los inversores internacionales.
  • GBI-EM: Recoge a los países con una renta más baja, aunque con una deuda más estrecha y restrictiva.
Con la situación actual del mercado económico a nivel global debida a la crisis que contagio a los mercados por la globalización de estos (ya mencionada al principio de este post) se ha visto mermada la compra de deuda externa de países que se hallaban en proceso emergente, cortando su progresión económica.


Con esto espero que todo aquél que lea este blog por su desconocimiento del denominado Riego País sea después de leerlo, consciente de qué herramientas hay que utilizar a la hora de adentrarse en el mundo de las inversiones en la deuda externa de cualquier economía emergente, y que con ayuda de ellas sea capaz de rentabilizar tanto su inversión como su conocimiento de cómo todo se mueve en este mundo que desde este blog quiero enseñar y a la vez aprender. 



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